Un 18 de Junio

Hace mucho tiempo que te fuiste,
y aunque pueda sonar triste,
me ayudaste a madurar.

Pese a que mi infancia te perdiste,
como nadie me quisiste,
quien se iba a imaginar,

que en aquella playa ese día,
a verte no volvería,
lo que allí iba a pasar.

Prometí que yo las cuidaría,
que jamás te olvidaría,
cuando te llevo el mar.

Porque el agua está en todas partes,
de mi tú nunca te apartes,
nada nos va a separar.

Porque este sentimiento tan fuerte,
no lo cambia ni la muerte,
nada lo puede parar.

Quedamos una madre y dos hermanos,
nos dejaste en buenas manos,
ella nos sabe cuidar.

No dejó lugar para el desmadre,
ella hizo de madre y padre,
y nos supo educar.

Se merece una corona,
como pudo una persona,
teniendo que trabajar,

sacar a unos niños adelante,
una pobre comerciante,
luchando por un hogar,

para aquellas criaturas,
que las pasaron muy duras,
y consiguieron llegar,

a ser dos adolescentes,
responsables y valientes,
y a poder continuar,

luchando por una vida, 
con la madre más querida, 
que alguien puede desear,

la que nos ha dado todo,
sin importarle el modo,
sin parar de luchar.

Gracias por todo Elena,
con nosotros eres buena,
y te voy a dedicar,

aunque no las necesitas,
cuatro letras mal escritas,
que se van a terminar.