Voy a contaros una historia,
sobre una batalla perdida,
que nos quede en la memoria,
para que no sea repetida
Había un señor muy cruel,
al que el caudillo llamaban,
y a aquel que no le era fiel
en su nombre lo mataban
dicen que hizo cosas buenas,
como la seguridad social,
yo creo que trajo penas,
y un genocidio brutal
Mataba a la clase obrera,
a quien no le apoyaría,
le daba igual quien fuera,
pues no tenía empatía
ejecutaba a trabajadores,
y los enterraba en fosas,
incluso a aquellas menores,
llamadas las trece rosas,
Apenas dieciocho primaveras,
tenían las más pequeñas,
las más valientes guerreras,
fusiladas en tierras madrileñas
jamás seréis olvidadas,
habéis echado raíces,
nunca seréis
censuradas,
no borrarán cicatrices
y quienes intenten
callarnos,
diciendo que eso es pasado,
solamente conseguirá juntarnos,
en rojo, amarillo y morado
que muchas todavía buscamos,
los cuerpos de nuestros familiares,
y en estos versos denunciamos,
la ocultación de esos lugares
el país con más desaparecidos,
pero cuando un juez investiga,
por orden de "los podridos",
se le cesa y se le castiga
Curaros vuestra ceguera
quitaros vuestras caretas,
la patria no es una bandera,
la patria sigue en cunetas
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